Me desahogué como nunca lo había hecho, confesándole a mi padre muchas cosas de las cuales me atormentaban y me hacían sentir muy mal, pero que también me hacían feliz, porque fuera de mis inseguridades, miedos e ideas locas en la cabeza, he sido muy feliz junto al amor de mi vida.Mi padre me escuchó atento, frunciendo el ceño, apretando los dientes, pasándose las manos por su cabello en un acto de frustración y enojo y finalmente, tras dejar un fuerte golpe en la mesa que me asustó en demasía, el silencio nos envolvió.No podía mirarlo a los ojos, pensaba que me iba a reprochar por haberme enamorado de un integrante de la familia, pero es que nunca había podido ver a Mike con un amor fraterno, ni siquiera cuando estuvo frente a mí por primera vez, con su mirada curiosa, tímida y llena de miedo.Sentía que las paredes de mi oficina me aplastaban con mucha fuerza. Habían pasado largos minutos en los que nos habíamos sumido en el silencio. Mi padre se veía enojado y pensativo, mientras
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