Capítulo 36. Eso no importa.
ALEXANDERCuando vi a Isabella pensé que me había vuelto loco de tanto extrañarla o que simplemente estaba soñando, no podía creer que ella fuera la que estuviera aquí esta vez tan lejos de donde ella vivía y diferente de como estaba acostumbrado a verla, pero cuando me di cuenta de que este no era un sueño o una ilusión, quería encerrarla en mis brazos y no volver a dejarla ir, pero me contuve e intente hablar con ella y cuando se negó estando a punto de llorar fue que me di cuenta de lo imbécil que estaba siendo, la estaba lastimando de nuevo.Ella quería olvidarse de nuestro pasado y yo diciéndole esas cosas, pero eran la verdad, no hay un solo día que no añore tenerla en mis brazos, que no extrañe cada parte de ella.Y aquí estaba, en el bar lleno de gente, en una mesa teñida por la oscuridad y con media botella menos, bebiendo por ella, para ver si mis sentimientos se van con el alcohol, para ver si con eso lograba amortiguar todo este dolor de no poder tenerla conmigo, de haber
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