CAPÍTULO 43 Luana Smith Después de muchos intentos, aquel caballero finalmente nos dejó en paz durante toda la noche. Lo sé porque a través de los huecos de las ventanas que estaban cerradas con cortinas, podíamos ver el resplandor del sol cuando llegaba el amanecer. Me muero de pena por mi amiga Luzia, tanto ella como yo, amanecimos atadas a dos sillas con los brazos atados hacia atrás, y fue tortuoso, completamente incómodo, me duele todo el cuerpo, no podemos dormir nada, y ella tiene una barriga mucho más grande que la mía, que en realidad todavía no se nota. No me puedo creer que haya acabado cayendo en esto, y lo peor es que no sólo se trata de mí y de la Isla, también está Luzia, y todas las veces que me negué a llamar a Igor, también me remuerde la conciencia, porque acabaré dejando a mi amiga embarazada a merced de estos crueles hombres. Siento un escalofrío cuando se abre la puerta y entran, ese hombre y otros dos juntos... No sé por qué, p
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