Tomamos asiento en una de las mesas que están afuera y miro a mi amiga, luego le dedico una pequeña sonrisa, esperando que con esto se tranquilice, pero solo consigo el resultado contrario, ella me toma de las manos y las aprieta suavemente, su tacto es cálido y delicado.—Tris, cariño— Susurra con tristeza. —Te conozco lo suficiente como para saber que algo te ha llegado al fondo ¿Qué es lo que ocurre, cariño?—Mari, me siento miserable— Confieso enseguida.Le cuento lo ocurrido ese día con mi amo y ella escucha con atención, unas pequeñas lagrimas se forman en mis ojos, enseguida los seco y me tranquilizo, para poder seguir hablando. Una vez que he terminado, ella me dedica esa sonrisa de que todo va a salir bien.—A lo que quiero llegar, dejando de lado el juego, es que él tiene razón, no puedo seguir fantaseando ni soñar despierta, tengo que centrarme y vivir mi verdadera vida, lo que significa tener que volver con mis padres y verme a escondidas con mi amo, porque esa es la reali
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