—¡No te creas tan arrogante, chico!—No te vayas, danos unos minutos y llamaremos a alguien ahora mismo.Dijo Sebastián fríamente.—Está bien, llamen a quien quieran.—¡Quiero ver qué tan hábil es Guillermo!Christian se rio con desdén.—¿Qué?Joaquín se sorprendió mucho y dijo rápidamente: —¡Christian, de ninguna manera!—Guillermo es muy fuerte, no somos rival para los dos.—A mi parecer, antes de que esto alerte a Guillermo, deberíamos actuar primero...Joaquín dijo mientras una mirada feroz brillaba en sus ojos.Ahora que Christian, un experto en la etapa inicial del elixir dorado, se unía a ellos, Joaquín creía que no sería difícil deshacerse de Sebastián y Federico.Una vez que derrotara a Federico y se apoderara del territorio de la Montaña de la Luna, tendría el respaldo suficiente para unirse a Roberto.Cuando Roberto lo respaldara, incluso si Guillermo estuviera descontento, no tendría más opción que tragarse la ira.—No importa.—Guillermo no es más que un simple hombre, no
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