El resplandor dorado del sol poniente, a través de las brillantes ventanas de cristal, caía suavemente sobre sus sombras entrelazadas, apasionadas y deslumbrantes, dejando un suave destello de amor.Tan gentil como ese profundo beso.Clara fue besada por el hombre, hasta que sus mejillas se enrojecieron como rosas, aturdida y entumecida, sintiendo hormigueo en cada terminación nerviosa.Al principio, todavía tenía fuerzas para golpear con fuerza el pecho y los hombros del hombre con sus delicados puños. Gradualmente, sin embargo, su fuerza la abandonó y el hombre, dominado por sus feromonas dominantes, la dejó sin aliento, con la respiración entrecortada y las piernas temblando, retrocediendo paso a paso.El cuerpo suave de Clara fue presionado por Alejandro contra la mesa, y las cosas sobre la mesa cayeron al suelo de manera caótica.Ella emitió gemidos entre los labios entrelazados, como si estuviera luchando, pero también suplicando. Alejandro, tentado por ella, tenía los ojos enroj
Leer más