Sin embargo, este hombre herido demostró tener una fuerza sorprendente. En un abrir y cerrar de ojos, sus profundos ojos se oscurecieron, y con un jalón repentino de su largo brazo, ella cayó completamente sobre él. Ambos cuerpos, igualmente ardientes, se pegaron firmemente el uno al otro.Al instante, la mano izquierda de Alejandro, que todavía tenía el catéter del suero, rodeó su cintura delicada, y con una sola mano la atrapó firmemente contra él. Clara tenía sus ojos doblegados por la urgencia, pero antes de que pudiera decir una palabra, un beso repentino la silenció por completo.Los cálidos y húmedos labios de Alejandro. frotaron lentamente los suaves pétalos de los labios de ella, saboreando la dulce presa. En un momento, el feroz instinto de una bestia se apoderó de él, y abrió sus labios con ansias, robando su aliento. Clara emitió un suave gemido en su garganta.Sus manos, se contrajeron en sus fuertes pectorales, dejando marcas de vergüenza en su piel. Clara se sintió incóm
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