Los ojos de Rodrigo se apartaron por fin de los documentos y se levantaron al oír la palabra Gabriela.Ahora Javier se divertía, le abría para que Rodrigo viera la foto, y los dos nombres, "¿Ves?"El rostro de Rodrigo era tranquilo, "Javier, Gabriela es la mujer que no quiero, puedes quedártela si quieres."Javier supo que Rodrigo disimularba bien y no le importa su sarcasmo, "No quieres esta mujer, es tu pena, me da igual que haya tenido un hombre, a partir de ahora sólo me pertenecerá a mí, la conseguí gracias a la voluntad del señor Lozano de dejármela, no te preocupes, la amaré con mi alma. ""¡Puedes irte!" Rodrigo garabateó su firma al final del documento y se limitó a cerrarlo y tirarlo a un lado.Javier sonrió y dijo, "El sábado, señor Lozano no se olvide de venir."Rodrigo levantó los labios, cuyas curvas parecían un poco sombrías.Javier guardó las invitaciones de boda, "Entonces nos vemos el sábado."Dicho esto, Javier silbó y salió orgulloso del despacho de Rodrigo.La pue
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