Lennox estaba en su habitación. No podía dormir. Había pasado todo el día con Violet. Se aseguró de que ella cenara junto con sus hermanas antes de que él la acostara y regresara a su habitación. Siguió dando vueltas y vueltas, pero la necesidad de soltar su bestia sobre Shane era más fuerte que nunca.Quería vencer a ese bastardo y cortarlo en pedacitos, pero le había prometido a Violet que no lastimaría a Shane antes de que el Rey Azure sellara su caso con cualquier castigo que ese bastardo fuera digno.Lennox no era un bebedor, pero sí tomó un poco de alcohol para deshacerse de la tensión, pero no sirvió de ayuda.Sus demonios estaban perdiendo el control. Tenía ganas de cazar o más bien de torturar a ese bastardo, pero no lo hizo. La adrenalina enloquecida era intensa, pero él se contuvo.Se quedó en su habitación mirando el reloj y esperando ansiosamente el amanecer. Ella dijo que lo eligió dos veces, pero el hecho de que rogó por la vida de ese cabrón no le sentó bien.Había un
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