A ella ya le corrían lágrimas de impotencia, entonces se levantó y el capitán también lo hizo. Novalee, sacó el anillo de la cartera y se lo puso con un gesto teatral y le dijo:-¡Una disculpa es lo primero que tenías que haber enviado antes de todos tus documentos legales! ¡Porque, llegó un poco tarde y ya no importa! ¿Querías que yo fuera tu esposa? Pues lo seré. ¡No te preocupes! ¡No pediré el divorcio! ¡Ahórrate todas las explicaciones! ¡Ya no importan! Pues, ya estamos aquí casados y los últimos 8 años, simplemente se borran de un plumazo! – El capitán la escuchaba con paciencia de pie frente a ella –-¿Sabes? Siempre pensé que siendo una persona tan pobre y que se dedicó a trabajar tanto. Me acostumbré a estudiar y a sopesar todas las situaciones, pero nunca pensé que no me mereciera una boda, al menos. ¡Ese fue mi pensamiento al salir de mi pueblo! ¡Que yo venía aquí a casarme, pero no, resulta que ya fui comprada y según tú, debo sentirme muy honrada por eso – Y diciendo esto,
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