117. ¿Él es Barack?
Gregory deseaba pedirle perdón por haberlo asesinado, confesarle cuánto lo amaba y lo seguía amando, y que nada lo hacía más feliz que darle de nuevo la oportunidad de vivir. No era un sacrificio en absoluto lo que estaba haciendo, todo lo contrario, era el regalo más hermoso que podría darle.Tras el cenit, la luz de la luna roja iluminó todo el valle con un brillo mágico y envolvente. La transformación se había completado, suave como una caricia del viento, y las memorias del joven príncipe volvieron a sellarse en lo más profundo de su mente, dejando solo el amor incondicional que sentía por el hombre que le había salvado.Cuando todo terminó, Bleid se encontró a su hijo, ahora con el aspecto de un apuesto adolescente, acurrucado junto a un enorme lobo blanco. El joven estaba profundamente dormido, con una expresión de paz en su rostro, mientras el lobo lo cuidaba con amor, lamiendo su rostro con suavidad.Audrey se quedó mirando a su madre. Ella había podido observar todo a través
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