Pov leandroSe veía tan hermosa dormida, que sentí pesar al tener que despertarla, por eso apenas el chófer que envió guillermo se detuvo frente al hotel, cargue a lea en mis brazos, ella estaba un poco ebria, con todo eso, de tener que lidiar con nadia y Esteban durante la cena, fue algo estresante, incluso yo me sentí tentada a tomar más de la cuenta, pero debido a que tenia que controlarme para no hablar demás y cuidar de lea, me contuve.—Buenas noches señor nastronardiSaludo el botones y con un leve asentamiento, me dirigí a mi habitación, el trayecto a la habitación fue silencioso y extrañe escuchar su voz, pero la dicha de tenerla en mis brazos, compensaba cualquier ausencia de palabra.Camine por el extenso pasillo y apenas llegue a la puerta de la suite, me quedé observandola por un momento prolongado, se veía tan pacífica, tan vulnerable, que tuve que agitar mi cabeza para salir de la ensoñación que me provocaba su belleza.Todo se encontraba en total penumbra y entre esta,
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