—Hola Jen, ¿todos los que están aquí son tus primos?— le pregunté.Jen negó con la cabeza.—No. Algunos de ellos son novias de nuestros primos, amigos e incluso sólo citas.Oh eso explica por qué estoy aquí. Sólo soy un amigo aquí.—Oye, ¿de verdad no te vas a cambiar?— Ella preguntó. —El sol está subiendo y es mejor para tomar el sol.Tragué saliva y me rasqué la nuca.—No seas tímida, Amalia—. Respondió riendo. —Te acompaño al vestuario. ¿O quieres que Silvestre te acompañe?Negué con la cabeza y me levanté de la silla. Ella me guio hasta donde debía cambiarme. Me quité la camiseta y los pantalones cortos y me los metí en el bolso.Vaya, me veo sexy.Esto realmente se burlará de Silvestre. No sé, pero una sonrisa malvada se formó en mis labios.Iba a salir de la habitación cuando mi teléfono empezó a sonar.Claudio llamando...Mierda.—¿Hola? — Contesté, mordiéndome el labio inferior.—Hola, nena—. Saludó, y puedo sentir la sonrisa en su cara ahora mismo. —¿Cómo estás?—Bien. Mierda
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