Liberty asintió instintivamente: -Me tomé unos días libres, Sonny estaba aterrorizado y tuve que quedarme con él.-¿Entonces qué haces aquí? ¿Dónde está tu hijo?Liberty Hunt: -......¿Debería decir la verdad?Duncan Lewis también miró a su alrededor y, efectivamente, no vio a la pequeña cabeza.Pero aquel pequeño le tenía miedo y, cada vez que lo veía, se asustaba tanto que se metía en los brazos de Liberty como si él fuera un demonio.-Sonny está en casa tomando la siesta, Cecilia le está vigilando, salgo a resolver una cosas.Duncan Lewis asintió y volvió a preguntarle: -¿A qué asuntos has venido?Cuando Liberty dudó en decir algo, Duncan Lewis sonrió: -Si no es uconveniente decirlo, olvídalo, sólo te vi pasar y pensé en tu ausencia, así que te hice una pregunta.-Bien, tú haz lo tuyo, yo me voy.Duncan Lewis retiró la gran mano que apoyaba en la cabeza de la moto de Liberty y giró para marcharse.-Cuídese, Señor. Lewis.Dicho esto, Duncan Lewis no se dio la vuelta, sino que levantó
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