- Quiero nadar en el mar antes de irme. - Yo hablé.- ¡Tu pedido es una orden, hijita mía! - Charles me recogió, llevándome a la habitación.- Me voy a consentir, "el cantante". No sé si recibí tanto regazo como ese incluso cuando era un bebé. - Reaccioné exageradamente.- Eres mi niña... De nadie más, ¿entiendes? Por eso solo yo puedo abrazarte... Y besos. - Me colmó de besos por todo el rostro, contemplando mi boca, nariz, mejilla y ojos.Todavía me sostenía en sus brazos y su mirada era seria.- Yo entendí. Y te juro que no quiero a nadie más que a ti, "el cantante".Sus labios encontraron los míos, dulces, suaves, nuestras lenguas bailando como una canción de amor. Cuando terminó el beso, dije:- Mataré a tus fans que crucen la línea imaginaria de un metro del escenario.- Está bien, ¿debería hacerle saber que la línea existe, incluso si nadie la ve?- ¿Que crees? - Provoqué.- La lealtad es una línea imaginaria, ¿no?- ¿Vas a dejar que alguien lo cruce?- Nunca... Bajo ninguna ci
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