Todos los capítulos de La noche que te convertiste en la madre de mis hijos: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Capítulo XXXI. Contactos que descolocan.
Yvaine.Me subí al coche y junto a Kim nos dirigimos a uno de los bares más exclusivos, donde solía ir mi díscola amiga, cuando hacía pases en Nueva York.-” Bueno, Yvaine, comienza a contar y no te dejes nada”- fue así como acabe esa noche, llorando en brazos de mi amiga, medio borracha, mientras le contaba que había sucedido y como mi maravilloso marido, me habías hecho salir del shock en el que me encontraba. Aunque, en varias ocasiones tuve que agarrar a una Kim borracha, que quería cortarle sus atributos masculinos a mi atacante.-” Bueno y tú, Kim, ¿no tienes nada que contar?”- le dije secándome las lágrimas, y mirando a mi amiga, para distraerla de la misión que tenía hoy en mente, y que podría llevarla a la cárcel.-” Bueno aparte que el idiota del asistente me volvió a besar, y cuando creía que lo habia despistado, me encontró, y que casi termine en la limusina perdiendo mi virginidad, si no hubiera llamado tu marido, para decirnos que te habia pasado algo, Nada más. Casi ten
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Capítulo XXXII. La venganza del CEO.
Norman.Miré mi reloj mientras, me cambiaba el smoking tras el baile, en algo más cómodo, para lo que tenía en mente. Durante todo este tiempo, he estado manteniéndome tranquilo, y tomándome mi tiempo, aunque lo que verdaderamente quería, era ir a por el responsable, que había tocado e intimidado a mi mujer. No me pude controlarlo, cuando me dijeron el personal de seguridad, encargado de mi mujer, que mientras se dirigía a mi despacho había sido secuestrada y que se le había llevado a una de las habitaciones del sexto piso, casi enloquecí. ¿Quién se había atrevido a secuestrar a mi mujer, delante de mis narices? Fue tanto la ira que me atravesó, cuando recibí la llamada de lo que había sucedido, que casi despedí a todo el grupo de seguridad del hotel por no tenerla vigilada. Aunque si soy sincero, al no poder, decir quién era ella, como podían suponer que debían vigilarla. Gracias a que mi mujer era muy inteligente, y activó el localizador que habíamos instalado en su móvil, pronto
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Capítulo XXXIII. El castigo de los dioses.
Norman.Comencé a levantarme de mi asiento. Cuando llegó apresurado mi asistente y amigo.-” Señor al parecer debemos ir a recoger a nuestras mujeres, según los escoltas de la señora Miller, están en un bar de moda, bastante bebidas, y no desean abandonarlo.”- me dijo Jason sonriendo.-” ¡Vaya Alicia, al parecer te gusta ser traviesa! Veremos lo traviesa que te vuelves cuando te castigue esta noche, en mi cama, por ser tan provocadora. ¡Me haces ir a buscarte a estas horas de la noche!, estas más que castigada.”- pensé sonriendo. Sabía que, si era por Yvaine, iría al mismo infierno, a buscarla si el demonio se atrevía a llevársela, y lo haría únicamente, para traerla a mi lado.Me dirigí a mi coche seguido por mi asistente y mis guardaespaldas, con una sonrisa que no se borraba de mis labios. La vida al lado de Yvaine Stewart, ahora Yvaine Miller, siempre era divertida. Kimberly. Sentía que me iba a estallar la cabeza, y esa claridad, que se colaba entre mis parpados cerrados, no a
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Capítulo XXXIV. Los enemigos presentan batalla.
Kimberly.Por un segundo vi en los ojos de mi atractivo acompañante, que se sentía tentado, e incluso me di cuenta, que tuvo que agarrar con fuerza el sándwich que se llevaba a la boca, mientras que paralizado me miraba los ojos. Debía reconocer que tenía una fuerza de voluntad encomiable, porque ahora mismos con la mirada que este hombre me estaba dirigiendo, deseaba decirle que sí a todo. Pero en segundos esa expresión cambió y vi como con una sonrisa irónica se instalaba en los labios de mi adversario, y un brillo retador surgió en esos ojos de un maravilloso azul. Había decidido que quería plantearme batalla, y que no me sería tan fácil conseguirlo, si primero no me casaba con él. Al ver que la única reacción que recibía del tentador asistente, era esa sonrisa, decidí continuar desayunando mi manzana y mi café, sin mirarlo, así evitaba la tentación. Sobre la mesa junto al mostrador había unos periódicos que llamaron mi atención, ya que vi en uno de ellos, una foto de Maryori y ju
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Capítulo XXXV. Confeciones y miedos.
Yvaine.Le dije a Brandon que se asegurar de que los bebes, estaban bien dentro del coche. Los había llevado para ganarme, el perdón de Kimberly, tras haberla dejado sola anoche, aunque, después de lo extasiada que estaba la modelo, con el trasero del asistente de mi marido, no creo que estuviera muy enfadada. Me dirigí a la casa para hablar con Kimberly, pero antes de llegar a la puerta, la vi salir corriendo, estaba arreglaba para ir a su trabajo, siempre se maquillaba con esmero, o se ponía una ropa muy específica, cuando iba en su papel se supermodelo. Me imaginé que tendría un trabajo que hacer, así que al ver que no tenía su coche, que seguro se había quedado fuera del local de la otra noche, decidí llevarla yo. -" Sube, te llevo, vas a llegar tarde igualmente, si no me dejas llevarte. Además, tengo que disculparme contigo por lo que te hice ayer"- te dije con una sonrisa. -" Seguro, rubia, nunca te perdonaré que hayas dejado que el amargado del asistente me llevara a su casa
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Capítulo XXXVI. Reconquista fracasada.
Yvaine.Durante varias horas observé a mi amiga cambiarse de ropa y posar en diferentes poses mientras enseñaba los diferentes coches para los que estaban modelando. Al parecer era unas fotografías para un anuncio de coches para las revistas. Los coches eran de alta gama y mi amiga tenía que presentarse según el modelo con un atuendo diferente, que lo hacía resaltar. Los bebés se encontraban encantados, ya que eran el centro de atención de todo aquel pasaba a su lado, al mismo tiempo mis escoltas se encargaban de que nada les pasará, y su presencia advertía y hacia desistir a los que se acercaban de ciertas efusividades que mostraban, cuando se acercaban a los bebés. Recordé que no había avisado a Norman, sobre donde me encontraba, así que avisé a Brandon para decirle que me iba a alejar al camerino de la modelo, para poder así hacer la llamada a mi marido y comunicarle lo que había quedado con Kim. Me dirigí al camerino, cuando iba a realizar la llamada el camerino la puerta se ab
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Capítulo XXXVII. Mentiras arriesgadas.
Yvaine.Yo como siempre que ese hombre me tocaba, me entregue a él sin oponer resistencia totalmente rendida, gimiendo con cada caricia con cada beso, cuando ya prácticamente pensaba que había roto las barreras para que mi marido me hiciera el amor, se desato los infiernos. En un momento se abrió la puerta del camerino con tanta fuerza que se estrelló contra la pared, y una pelirroja furiosa, seguida de un asistente moreno de ojos azules entraron en el pequeño cubículo, ni siquiera nos prestaban atención, mientras la amazona pelirroja, retaba y gritaba al asistente, este por su parte sólo le sonreía irónico, y permanecía mirándola con tranquilidad, sin alzar la voz. -" Eres insufrible, mira asístete de pacotilla, este es mi trabajo, y tú no eres nadie para decirle al director y a los de vestuario, que no puedo hacer mis sesiones de fotos, con tan poca ropa, o en biquini. Como si salgo desnuda, ¿a ti que te importa?"- Las palabras de mi amiga, casi me hacen taparle los oídos a Norma
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Capítulo XXXVIII. Una noche movida.
Jason.Parte de mi venganza, la cubrí en la mañana, mientras veía a la amazona ruborizada, fuera de sí, saltando y arrojando almohadas, mientras se sentía totalmente avergonzada.Adoraba, verla así, era totalmente deseable, una diosa vengativa, destructora de hombres, ese fuego en mi cama, iba hacer que acabáramos los dos consumidos en las llamas. Por desgracia la triste realidad se imponía, me había pasado toda la noche cumpliendo las ordenes de mi exigente jefe. Y hoy por la mañana en todos los periódicos estallaría la bomba. Habíamos planificado muy bien la caída de la empresa Campbell, desde que, hacía meses, mucho antes de que la señora Miller volviera a la vida de mi enamorado amigo. Y hoy había estallado todo, varias veces Marcus Campbell, pudo haberse librado del gran castigo que le esperaba, si hubiera atado en corto a su mujer y a su hija, quizás incluso, podría haber salvado su empresa.   Teníamos la sospecha, Norman y yo, que Marcus Campbell no tenía nada que ver con el
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Capítulo XXXIX Los secretos de la amazona.
JasonFue alli donde me encontró la señora Miller, casi una hora después. -” ¿Así que es aquí donde te escondes, Jason?”- me dijo sonriendo. -” ¡Señora!”- le dije levantándome y haciendo una reverencia de respeto, mientras intentaba mirar detrás de ella, preparándome para encontrarme con Norman, y sus maneras torturadoras, de burlarse de mí. -” Tranquilo, Jason, a tu queridísimo jefe, lo envié a pasar el día con sus hijos. Ailan se enfadó bastante cuando su padre no la cogió en brazos, así que nos avisaron los escoltas que la caprichosa Miller, comenzó a llorar, y montó tal escándalo, que la limusina no ha podido salir del aparcamiento. Encima el presidente junior, Roy heredero Miller, se enfadó porque pensó que le habían hecho algo a su hermana. Así que entre los llantos desconsolados de Ailan y los gritos agudos de Roy, la limusina permanecía en el parking hasta que algunos de sus padres bajasen a calmarlos. Así que el castigo de tu jefe, por no atender a su hija y venir a montarla a
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Capítulo XL. Los castigos llegan.
Kimberly.Todavía no me puedo creer, el pervertido se haya presentado en mi trabajo, comprendo que el marido de mi amiga haya venido a dejarle las cosas claras al malnacido de Harry, pero ¿por qué tenía que venir Jason?, y menos con esas actitudes machistas que lo único que han hecho es avergonzarme delante de mis compañeros. Lo que me faltaba, después de años ejerciendo de modelo y de lo que me ha costado llegar hasta aquí, llega un metomentodo pervertido, y hace que todo lo que he construido y la imagen que me creado se tambalee. Decidí ser profesional y continué con mi sesión de fotos, es verdad que había sido un poquito estresante, las últimas dos sesiones que habíamos realizado cuando los dueños de los coches se habían metido en el diseño gráfico que se tenía proyectado, pero una vez que intervino la organización del evento, la horda de empresarios había desaparecido, Y ahora solo estábamos los modelos, los de vestuario, los de maquillaje, el fotógrafo con sus ayudantes y los en
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