Me levante con una resaca, que merecía. La mejor manera de no pensar, es tener la cabeza ocupada, aunque fuera con un pequeño obrero con una taladradora agujerándome el celebro.-” ¡Muy bien Agy!, tu no aprendas, ¿para qué? De cabeza contra la piedra, y por si acaso, golpéate dos veces, no mejor tres...”- En ese momento de autocastigo, se le unió mi conciencia, añadiendo:-” ¿De qué hablas?, si perdiste la cuenta las veces que te distes contra “la piedra “, y te gusto golpearte. Le cogiste afición y ahora estas aquí en plan dramática, toda digna, lamentándote de haber entregado algo más, que tu cuerpo.”- Esto provoco un arrebato de rabia contra mí misma.-” ¡Oh cállate!, ya te he aguantado bastante. No me extraña que tuviera que emborracharme anoche, para no oírte, además, ¿Dónde estabas tú, cometía esas locuras?, ¿no es tu misión detenerme?”- me dije en alto. La muy m*****a, me respondió en milésimas de segundo.-“Disfrutando con el sexy, guapo, comestible, y delicioso Edward Stewart”
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