Ante la indiferencia de Alexander, Brandon no se dio por vencido. Más importante aún, la casa de Alexander era cálida y reconfortante. El cuerpo de Brandon se recuperó de la descarga eléctrica y por fin pudo volver a moverse, así que se levantó del suelo y fue a sentarse en el sofá.Alexander lo fulminó con la mirada, pero a Brandon no le importó, ya que su trasero quedó firmemente pegado al sofá. “Vamos, no me mires así. Me has echado de tu coche y me has electrocutado en el mismo día, pero no me estoy quejando”. “Todo lo que quería era echar un vistazo a tu prometida. ¿Por qué te esfuerzas tanto en esconderla? ¿Acaso es porque es tan fea que te da vergüenza…?”. Luego de notar la mirada de furia de Alexander, Brandon no se atrevió a continuar. “De acuerdo, de acuerdo. Solo estoy intentando ayudar. Tu secreto ya se hizo público, así que no tiene sentido intentar ocultarlo. Además, no pensabas esconderla, ¿verdad? Ya que has decidido casarte, ¿por qué no me la presentas de una vez?
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