"¿Y ahora? ¿Ya eres un hombre?".La pregunta desconcertó a Alexander. Se sintió un poco ofendido, pero al mismo tiempo, sabía que todo era culpa suya.Alexander contuvo el aliento y miró a los ojos color avellana de Savannah. Por un momento, estudió sus rasgos. Su cabello rojo estaba atado en un moño desordenado. Su cara había sido limpiada de maquillaje, mostrando esas ligeras pecas salpicadas en su piel. Solía pensar que esas pecas la hacían lucir naturalmente hermosa.Volviendo a su sondeo, él respondió vacilante: "Sí, ahora soy un hombre, supongo".“Conocí a Kendra después de que... tuvimos una especie de aventura, y todo cambió para mí. Éramos continentes separados, ambos persiguiendo nuestros sueños, y asumí que nunca funcionaría. Debería haberte dicho. Debería haber llamado al menos, pero no tuve el coraje de decirte cómo cambiaron mis sentimientos, y lo siento”."Lo siento, Savannah", repitió, notando cómo ella desviaba su mirada."¿Oye?", preguntó, reconociendo su silenc
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