* Relata Andrea Después de unas pocas semanas, las cosas cambiaron entre Julio y yo, (varias veces me vi llamándole Lucifer o cariño), él se volvió lo que siempre espere de él. Me lleva el desayuno a la cama, me trae postres y cosas deliciosas, de vez en cuando al ir a dormir, puedo sentir su mano en mi vientre que va creciendo rapidamente.. se que su tacto lo hace por hacerme sentir bien, pero me doy cuenta del cómo lo llama cuando me hace la revisión rutinaria. “El bebe”, quizás soy muy egoísta, también hipócrita un poco, porque también lo llamo así, quizás pueda entender un poco. Ninguno de los dos queremos encariñarnos, si él resulta ser un demonio. Aun así, Lucifer me da cariño y amor, quien podría imaginar que el mismísimo diablo tiene sentimientos y los tiene por mí, una simple mortal.Lo mejor de estos días, es que él me saca a pasear al campo que tenemos al rededor de la cabañita, mi estadía en este lugar ha sido muy lindo, no hay ruidos de la ciudad, todo por aquí es ver
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