RebecaGaleão a las diez, bajé del avión y luego fui a buscar mi maleta. Cuando salía de la zona de llegadas vi a mis dos amigos que me faltaban. Sostenían una hermosa tarjeta llena de un corazón, escrita:“¡Perdónanos, amigo, te amamos!”Estos desgraciados me quieren ver llorar aquí mismo, en medio de tanta gente. Corrí, los abracé a los dos y dije:"¡Los extrañé mucho a los dos, retrasados!"Letícia ya estaba llorando demasiado, mi amada pequeña está llorando.“Amigo, perdónanos.— Claro que perdonó, ya ni me acuerdo porque estaba molesto. Realmente no sé qué me hizo reaccionar así, ya que no siento nada por Rahmi.— Rebeca, ya sabemos que no sientes nada por el Turco — dice Camila burlonamente."Hablo en serio, ¿ustedes dos me escucharon bien?" Yo, Rebeca, no siento nada por el turco y se puede casar cuando quiera y con quien quiera y no me importa."Está bien, ahora vamos a mi casa", dice Leticia. — Emborrachémonos y bañémonos mucho en la piscina, ¿qué tal, chicas?— Dónde está mi
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