Muestro una sonrisa llena de tristeza, recordando que todo el batallón siempre se las arreglaba para celebrármelo. Mas, hoy, no tengo a nadie querido conmigo. De repente toman mi rostro y me plantan un beso en los labios, el sabor a licor es fuerte y sin darme cuenta abro la boca por más. Mi cuerpo se calienta al momento, si por mí fuera abriría mis piernas justo aquí, sin embargo, me detengo asombrada por mi impropio pensamiento. Él me mira, es evidente que ambos queremos más, pero he roto un punto importante del contrato. Por lo que me alejo y pongo mis manos en mi rostro, Dios, acabo de perderlo todo por un momento de deseo.—Mírame Sahar… —Lo miro luego de unos segundos, tengo los ojos aguados, ahora temo por mi familia. Él me acaricia el rostro y sonríe—. Ese ha sido parte de tu regalo de cumpleaños, felicidades, ojos verdes. —Lo miro sin entender—. Sé que es tu cumpleaños, no fui a verte antes porque no sabía si lo celebrabas o no. Y la segunda parte del presente, es que la fami
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