Harold había hablado con Alessandro en su despacho.- Sabes que es porque más me molesta seque te hayas enamorado de mi hija, que tu padre no dejará de molestarme. Cuando ella nació, me dijo que tu serías su esposo, que no habría mejor partido que tu, y siempre le dije que estaba loco, que mi hija nunca se enamoraria de ti, maldita sea.- Harold, yo no pedí esto, en el corazón no mandamos, esto sólo paso, yo he respetado a Elisa, nunca me he propasado, pues te respeto, tu lo sabes, pero se que la amo, y aun cuando sabía que quizá me matarías, yo quería ser sincero, y hacer las cosas como se debe.Harold sabía que el era el correcto, no podía pensar en ningún otro para Elisa, pero sufría, pues amaba a su niña, pero sabía que si no les daba su permiso, quizá escaparía, y el no quería eso.- Bien, tienes mi Bendición Alex, sólo una cosa más.¿Si mi dulce Elisa, sufre de alguna manera, o la haces llorar, TE MATO, comprendes?Alessandro paso saliva, el sabía que Harold no amenazaba en vano
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