Por alguna razón, no sabía que Liya se tomaba en serio su amenaza porque, a pesar de su tamaño reducido, este hombre tenía la facilidad de un felino y su oído estaba tan agudizado que podía medir el impulso de su respiración errática.- Date la vuelta para que pueda salir de mí misma, dijo secamente.- Esto es ridículo, tú...¡- No para mí! Assena Liya saliendo de su parálisis.Maldijo por lo bajo, cumpliendo con las mandíbulas apretadas. Está desnuda y fría que salió del baño y corrió a su bata de baño para ponérsela a toda prisa.- Está bien, estoy vestida.Zhayar se volvió, consciente de que su furia no merecía perdón. Él era el único culpable de esta situación. Por primera vez en su vida se arrepintió. Pero conocerla en este harén, sola, desnuda, sumergida en una palangana de mármol de varios siglos, lo había vuelto loco. Ninguna mujer hasta el momento se había aventurado a entrar a este lugar lleno de historias.- Todavía me cuesta entender por qué te enfadaste.Él tampoco entend
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