Capítulo 30Violeta San MarinoAdes se fue antes del amanecer y yo estaba agotada, pero para que mentir; estaba muy feliz. Hacía mucho tiempo que no me regocijaba de tanta felicidad junta.Luego de haber tomado un baño, me acosté un rato en la cama para dormir, aunque sea unas horas, sin embargo; por más que lo intenté. No podía borrar la sonrisa de felicidad de mi rostro y mucho menos la sensación de haber estado con Ades. Todavía no había pasado el mediodía y mi teléfono comenzó a sonar insistentemente, dejándome ver el nombre de Ades en la pantalla. Me doy vuelta en la cama quedando boca abajo y contesto con una sonrisa.– Hola, amor – digo feliz.– Hola, mi hermosa flor ¿Ya llegó tu familia? – me pregunta y yo miro el reloj.– No mi amor, aún es temprano. Solamente son las 11:00 de la mañana, ni siquiera pasa del medio día.– Entonces, eso quiere decir que puedo subir por unos minutos a darte un beso antes de que lleguen – dice este y yo me incorporo rápidamente en la cama.– ¿Va
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