“Mi amor, nos veremos muy pronto, solo ten en cuenta que mi amor por ti es mucho más grande que él de Charles”, esas palabras se repetían una y otra vez en la cabeza de Emily, fue en ese instante que mira al jarrón de rosas frente a ella. Su rostro se retuerce en una mezcla de rabia y asco al reconocer la procedencia de las flores, sus dedos, que antes acariciaban suavemente los pétalos, se tensan, llena de desprecio, arroja las rosas al suelo, donde caen y se esparcen con los restos del jarrón destrozado, un recordatorio tangible de su odio y temor. El silencio en la habitación solo se rompe por el sonido apagado de las rosas impactando contra el suelo de mármol, mientras Emily, con mirada feroz, se enfrenta a las emociones que esta situación a despertado en su interior.Se toca el cuello y empieza a respirar pesadamente, en este momento se encuentra en medio de un ataque de ansiedad, su corazón late a mil por minuto y su respiración es agitada. Se siente como si estuviera asfixiándo
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