Era una hermosa mañana, con la brillante luz del sol asomándose a través de las cortinas de terciopelo transparente. Emily aún dormía.En su frente se notó una irritación inusual, la cual dejó escapar algunas gotas de sudor, parecía que estaba teniendo una pesadilla.Nadie sabía de sus pesadillas, excepto su Neuróloga y Psiquiatra, y de su Nana, la señora Wen.Emily agarró su edredón con fuerza, como si su vida dependiera de ello, y gritó —Por... Por favor... Mamá... ¡Detente!— Emily gritó en voz alta, despertándose con miedo, lo cual era claramente visible en sus hermosos ojos azules.Respiró hondo y se secó el sudor de la frente rápidamente con el dorso de la palma de la mano.Abrió el cajón inferior de su mesita de noche, sacando una pequeña caja. Lo abrió y sacó una pastilla de la caja. Agarró un vaso de agua, que estaba en su mesa a su lado, y tragó la pastilla.La respiración de Emily finalmente se calmó.Suspirando, cerró los ojos y apoyó la cabeza en el reposacabezas, tratand
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