El hombre llevaba un bastón que no necesitaba en absoluto pero le insistían en que lo usara, se acercó a la doctora Zambrano y la miró con curiosidad al ver los pedacitos de papel que intentaba unir._ ¿Qué haces vida mía? _ él le dió un beso _ ¿Y esos pedacitos de papel? ¿Acaso es la carta de un novio o algo por el estilo?_ Hola abuelito _ ella sonrió _ no es nada de eso, solamente quiero unir estos pedazos de papel porque me encuentro aburrida. Bien sabes que mi único interés amoroso es la medicina y nadie más._ Llegará el hombre que va a derretir ese corazón de hielo que tienes, no es bueno estar siempre solo cariño. Amé a tu abuela muchísimo y también a tu madre, mi adorada hija, su muerte me dolió demasiado pero tú fuiste el bálsamo para mis heridas._ También tú fuiste la luz en toda mi oscuridad, gracias a ti fue que no morí de tristeza. Pero tengo que reconocer que no todos los hombres son como el gran doctor Alfredo Belmonte, mira mi papá por ejemplo._ Shhh, tranquila niña
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