CAPÍTULO 9 Aquella noche soñé que lo hacíamos. Y lo digo de esa manera porque la otra palabra que lo especifica y define me parece demasiado fuerte. En cambio “hacerlo” era más sutil y misterioso. Era algo que se hacía de a dos, en cambio, si decía la palabra sexo, parecía ser algo más individual. Y por supuesto que no fue para nada individual. Porque estábamos los dos allí, dispuestos a desgarrarnos la ropa. Claramente no era mi única fantasía sexual en donde Kim era el protagonista, amo y señor. Yo me dejaba llevar por sus caricias. Si bien siempre había fantasiado conque él fuera el primer hombre en tomarme (cosa que lo veía imposible porque era un actor que sólo veía en planos favorables en mi televisor) ahora, que sabía cómo era en vivo y en directo, en carne y hueso, sus planos y perfiles, había tomado información suficiente como para que mis fantasías se vean mucho más reales. En conclusión, estaba enferma alimentándome de ilusiones. Así que, para acallar las ilusione
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