La gente estaba atónita, sumidos en analizar la noticia.Dentro de las posibilidades de porque no habían visto al joven, todas esas respuestas hipotéticas, y ninguna que se acercara a la perdida de uno de sus protectores más queridos.Por otro lado, arriba en el escenario, Adara e Iria trataban de que Lumi se tranquilizara, y es que, aunque tratara de mantener su fortaleza por estar frente a los ciudadanos, era notable que estaba al borde del llanto.La mayoría ignoraba lo que Vivek seguía diciendo, hasta que algo volvió a captar la atención de los seres distraídos, más que nada fue el tono serio y pesado con que lo dijo.—Los dioses no nos han dejado del todo solos como muchos ya están suponiendo...La carga de esas palabras eran claras, no se debía de dudar ni blasfemar de los seres superiores, los que lo comprendieron bajaron la cabeza, pero aun prestando atención.—Aun con ocho jóvenes guerreros que nos prestan sus servicios para resguardar nuestro bienestar de los enemigos, ellos
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