“¡El malvado de Elliot! Me besó aquí...”. Layla se señaló las mejillas regordetas. Empezó a calmarse. ‘Mi sucio de mi papá me besó, ¿significa eso que me quiere?’, se preguntó ella. Sin embargo, ¡todavía no había decidido perdonarlo!Elliot se acercó a Avery y se disculpó sinceramente: “Avery, lo siento. Es que estaba cautivado por lo adorable que es Layla… por eso no pude evitarlo”. Era la primera vez que Avery escuchaba una disculpa tan auto justificada.“Sé que mi hija es linda, pero no puedo permitir que la gente la bese porque la encuentra linda. Si todos los que la encuentran linda la besan, ¿cómo se puede esperar que lleve una vida normal?”. Aunque Avery lo estaba reprendiendo, no podía evitar los sentimientos encontrados que brotaban en su interior. Elliot era una persona que podía controlar sus deseos. ‘¿Besó a Layla por el vínculo paterno que comparten?’, se preguntó ella. “Layla, lo siento”, se disculpó Elliot ante Layla una vez más. “Dejaré que me pegues, ¿de acue
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