"Estoy exhausta". Kenzie bostezó, recostada en los brazos de Andrew esa noche. "Tuvimos... un día muy largo". "Sí, lo tuvimos", coincidió Andrew. "Y anoche no pegamos ojo". Kenzie se rio y dijo: "Eso fue tu culpa. Por ser pervertido". "¿Mi culpa? Es tu culpa por ser tan sensual", razonó Andrew, siseando mientras lo decía. "Solo quiero tenerte todo el tiempo. Si tan solo mi resistencia pudiera seguir el ritmo de mi mente". No se podía evitar. Kenzie se rio a carcajadas a pesar de que antes se sentía perezosa. Ella sugirió: "Andrew, no creo que haya algo malo con tu resistencia. Leí en Internet que una pareja casada tiene sexo dos a tres veces a la semana en promedio...". "¿Qué? ¡Maldita sea! ¡No quieren lo suficiente a sus esposas!", replicó Andrew, lo cual provocó más risas de Kenzie. Él recordó: "Bueno, cariño, debes considerar que no somos una pareja promedio. A menos, claro, que esté muy ocupado y de viaje de negocios, entonces el sacrificio es comprensible, pero cuando
Leer más