(Narra Gale)Los dos chicos me estaban observando con la armadura en el suelo, era mi puerta de escape de ese condenado castillo. No estaba seguro de que quisiera largarme corriendo y dejar en la prisión a Seth y a Astor.—No me marcharé. —declaré, después de meditarlo unos cuantos minutos.Pude ver como se enfadaban en el momento preciso.—¿Qué? ¿A qué te refieres? —preguntó Teo, gruñendo, ese chico no controlaba la rabia del lobo todavía, era un peligro andante.—No abandonaré a mi hermano y a Seth en la prisión.Esta vez, las expresiones de su rostro cambiaron, Teo estaba afligido.—Escúchenme, ustedes deben marcharse y esconderse en un sitio seguro. Deberán encomendarle a Ciro que los proteja porque es el que está más cerca. —dije, con un comienzo de sonrisa, estaba agradecido con ellos por su esfuerzo. —Si usaré esta armadura, pero no para marcharme. Necesitaré esconderme hasta la ejecución, allí actuaré.—¿Atacarás ese día? —preguntó Susan, con los ojos muy abiertos. —Pero si te
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