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La reina de los lobos
El lobo llegó con la princesa en su lomo, causando una polémica intensa en los campamentos. Lucy nunca se había sentido tan observada y aclamada en toda su vida. Todos vitoreaban por su regreso y porque se hallaba a salvo. La mitad de la guerra estaba ganada.Seth buscó a Maya en una de las tiendas, encontrándola profundamente dormida. Teo y Cleo iban a su lado, quedándose a un lado de la carpa. Él se acurrucó a su lado, para no despertarla, mirándola con esa fascinación que nunca se apagaba, ni con el pasar de mil años. Ella abrió los ojos lentamente, sintiendo su presencia y el calor que emanaba su piel, deseando que no se tratase solo de un buen sueño.—Estás aquí… —dijo, sonriendo y palpando su rostro para asegurarse de que fuera real, había soñado con su reencuentro tantas veces que parecía como si lo hubiera inventado. —En serio estás aquí…La interrumpió con un largo beso, que selló su encuentro con el amor que tanto necesitaban el uno del otro. Maya sintió que su corazón se ac
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Hija mía
Lucy se hallaba ubicada en una de las tiendas de la realeza, al lado de la del mismísimo rey. Cuando su padre volvió a verla, su alma regresó a su cuerpo, abandonando esa ira encarnizaba que había desarrollado en su ausencia. Lucy lo abrazó con fuerza, como para liberarlo de esas ataduras que le estaban haciendo daño.—Ya estoy en casa, papá. —dijo ella, intentando tranquilizarlo. El hombre estaba muy emocionado, con las lágrimas escapándose y la emoción acelerando su corazón. —Ya estoy aquí.—¿Te encuentras bien, mi querida hija? —preguntó, con la voz entrecortada, mirándola con alegría, se veía fuerte y sana.Lucy asintió con la cabeza, mirando a su padre con una punzada de culpa, él creía que había estado secuestrada, privada de su libertad en una mazmorra. No obstante, comprendía que aquel sacrificio había sido necesario para el avance, ahora la guerra estaba terminando rápidamente y la vida de Cleo y la de Seth ya no corría peligro alguno. Todo había sido gracias a su pequeña men
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Conspiración
Astor regresó al campamento ni bien vio todo lo que le podía servir, con la información atascada en su garganta. Al narrar todo lo sucedido, las miradas del resto de su manada comenzaron a albergar demasiada preocupación. La intranquilidad y la desconfianza se hacían cada vez más presentes. Era un movimiento extraño por parte del rey.—Entonces el presentimiento era real. —dijo Gale, gruñendo, su lobo le pedía sangre por traición, se sentía vilmente engañado.—No pensemos ni actuemos antes de tiempo. —se hizo notar Eva, que no quería que nadie perdiera la compostura tan fácilmente. —No sabemos que ha ido a hacer exactamente.—Vaya, sí lo más seguro es que haya ido a pedirle disculpas a su hijo, como no se me había ocurrido. —dijo Gale, con sarcasmo, mientras ponía los ojos en blanco.Para él también era extraño, él mismo había estado el día en el cual Louis se había declarado como su enemigo y lo había condenado a muerte, a su propio padre, mientras él lo salvó. Era un momento que no
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Últimos tragos
Eva retornó a las carpas con la nariz y la ceja lastimadas, con una nueva magulladura y el honor intacto. Estaba feliz a pesar del dolor y del enfrentamiento, había ganado incluso en ese enfrentamiento que tuvo a solas con su vieja enemiga. Lilia no se preocupaba por el pasado, poco le importaba todo ese sufrimiento que le habían hecho vivir.Eva si lo recordaba, a cada golpe y a cada insulto, eran memorias grabadas en su piel y en su mente, como si fuera un mantra que no podía soltar para guiarse día a día. La noche comenzaba a asomarse y la luna iluminó su camino. Cada vez que veía la luna llena, también ella se llenaba de su fuerza tal como los otros lobos, su poder provenía del mismo lugar, era algo incomprensible que ahora portaba en su interior. La luna era una fuerza intensa, hacía que se sintiera tan fuerte y limpiaba todo daño que le hubieran hecho en el pasado.—¿Qué te sucedió? —preguntó Lucy, cuando la vio regresando al campamento, quedó estupefacta al ver las marcas en su
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Paso
—Es bueno verte tan tranquilo. —dijo Eva, sonriendo.—Gracias, uno debe estabilizarse para pensar mejor. —el rey le devolvió la sonrisa, invitándola a tomar una copa de champaña. —Es hora de celebrar ¿No crees?Eva aceptó la copa y la sostuvo entre sus manos, para brindar y luego beber un trago. Estaba algo nerviosa, por lo que la bebida le aflojó un poco la tensión.—Gracias por acompañarme. Lo valoro mucho. —dijo el rey, tomando asiento luego de brindar. —Cuando estabas en el castillo, casi ni te veía, es bueno poder vernos más seguido ahora.—Claro. —Eva buscaba palabras amables, no iba a amenazarlo, así no podría saber cuál era la verdad.—Debo decirte que pensé que me guardarías rencor, digo… Después de haber vivido bajo mi techo en esas condiciones. Si te soy sincero, nunca me importó lo que Felipe hiciera contigo, él era un buen conde y un buen gobernante, por lo que para mí podía hacer lo que le plazca.Al escuchar esas palabras apretó los puños, pero se contuvo. Siempre lo ha
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Dominio
Con la luz del sol apareciendo, la pelea estaba por llegar a sus puertas, a sus campamentos algo rudimentarios pero cargados de charlas. Nadie cuestionó la decisión de Eva, ni siquiera Gale, porque entendían que el haber dado ese paso era tan necesario y aquel que tomara la decisión podía ser condenado o vitoreado, al final. Era una responsabilidad que nadie querría tomar y por eso, era tan respetada su decisión.Los frentes serían organizados y supervisados por Gale y Astor, que asumieron el mando como comandantes de la batalla. Gale también se hallaba nervioso, el estaba enredado en esa telaraña real y esperaba no ser el blanco de ataque cuando llegara el momento.Todos irían a la guerra, menos Maya por obvias razones. Cuando era casi la hora de partir, Teo se aproximó hacia Seth.—Yo pelearé también. —dijo Teo, con la vista baja, tenía que hacerlo, se lo había prometido a sí mismo.—¿Estás loco? A penas si dominas tus habilidades, no creo que sea bueno… —Seth arqueó una ceja, aquel
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Trepador
Mientras iban acercándose hacia el castillo, el panorama comenzaba lentamente a oscurecerse. El ejercito de Louis era notablemente más grande de lo que creían, ese era el principal temor del rey, que lo conocía muy bien, había sido su antiguo ejército. Eran muchísimos, siendo una diferencia aplastante y teniendo la ventaja en número. Louis tenía la delantera y estaba seguro de su victoria, su ejército estaba mejor preparado, era más grande y todavía tenía las murallas resguardándolo para darle todavía más protección. No era fácil de derrotar, lo habían estado subestimando. Louis estaba furioso, no soportaba que hubieran querido insultarlo en su propia boda con ese ataque y cuando supo que su hijo era un lobo, la ira le nubló el juicio.Los lobos tenían armadura, sí, eso les daría algo de ventaja.—Míralos. Parece que las flechas con veneno no los detendrán. —dijo Lilia, con los ojos nerviosos, mirando desde arriba todo el panorama extenso.Louis soltó una carcajada.—Tendría que ser m
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Grandeza asignada
Louis tomó a Lilia con ambas manos, sujetándola por la cintura y atrayéndola hacia su cuerpo, para que estuvieran tan juntos que sintieran el calor ferviente.—Están perdiendo. ¡Los lobos están acabados! —gritó, al tiempo en el que desvestía a su esposa en medio del balcón, donde miraban como la batalla seguía su curso.Paseó sus dedos por todo su cuerpo, sintiéndose victorioso, con la corona en su cabeza y la gloria bañándolo. Su excitación estaba por las nubes, viendo a su esposa, que nunca lo atrajo tanto, como a la mujer más bella de todos los tiempos.—¿Lo has visto, cariño? —preguntó el, deslizando su mano entre las piernas de la dama. —No siempre las criaturas extraordinarias ganan.—Vamos a matarlos a todos. ¿Verdad? Quiero que sea rápido… —dijo ella, envuelta en esa seducción que les aportaba esa victoria. Lilia estaba desnuda de pies a cabeza, eso era lo que más la relajaba, saber que tenía la libertad de hacer lo que quisiera.—Sí, quiero las pieles intactas para mi sala. —
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Partes iguales
Desde la jaula móvil, Astor no podía moverse con ninguna libertad y eso lo hacía sentirse peor que basura. Nunca en la vida le había sucedido algo así, lo estaban transportando junto con su hermano y Seth, los tres en la misma jaula ambulante, directo a la prisión del príncipe Louis. Su vientre estaba por completo lastimado y eso le dificultaba respirar, eran cosas que nunca había experimentado antes, ese dolor era nuevo. La sangre manchaba el piso de la celda, su vista se nublaba ante todo lo que le estaba sucediendo.—Trata de… —empezó a decir su hermano, Gale, que se hallaba con la mitad del pelaje chamuscado y negruzco, tosía a cada segundo, esforzándose por respirar. —Trata de no dormirte… —continuó, con un dolor que se notaba hasta en su voz.Seth ni siquiera reaccionaba, estaba inconsciente. Los recuerdos del ataque eran devastadores. Astor se vio acorralado junto con su equipo, cuando la cantidad de hombre del ejercito enemigo se desplegó mostrando todo su poder y el ejercito
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Un matrimonio inconcluso
(Narra Eva)Me desperté en una nebulosa mental agobiante, como si me estuvieran oprimiendo la cabeza con una roca muy pesada. Era un lugar extraño, una tienda de campaña oscura. Me hallaba tapada con una manta gruesa que me protegía del frío. Reconocí a Maya a mi lado, tenía los ojos completamente enrojecidos y miraba hacia la nada, con la vista fija en la tela de la tienda.—¿Qué pasó…? —empecé a preguntar, con la voz quebrada por el frío, al parecer había comenzado a nevar.Maya volteó para verme, al descubrir que me había despertado. Ella se hallaba mal, muy mal, podía verlo en su mirada perdida.—Nada bueno. —respondió y supe que me contaría algo que quizás no quería oír.Se me erizó la piel al instante y el miedo me hizo retroceder, intentando taparme los ojos para no ver lo que en realidad había sucedido. En mis sueños, habíamos salido victoriosos del combate y solo nos quedaba festejar. A juzgar por el rostro de Maya, era inevitable pensar que había sucedido todo lo contrario.
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