Helena HernandezCortez me besa con tal intensidad y deseo, que no puedo resistirme y le correspondo aceptando su deliciosa boca sobre la mía. Debería ser más reacio y difícil, sin embargo, no puedo, es como si tuviera un poder sobre mí que no entiendo por qué, como un hechizo que me sujeta a su mirada seductora.Cielos, ¿por qué tengo que ser tan débil frente a este hombre? Después de todo, ¿qué pasa con él? Un minuto me quiere, al siguiente me odia, a veces tengo miedo de a lo que conducirá toda esta atracción.Me jala hacia él cargándome en su regazo y continúa devorando mis labios de manera brutal, trato de alejarme, sin embargo, no me deja. El beso se siente bien, pero la incomodidad en mi pierna no, así que aparto mi rostro de él mientras Cortez me mira seriamente por romper el beso y confieso con una expresión de dolor.— Mira, sé que el beso es lindo, no lo niego, pero lamentablemente no es posible en esta posición, me duele la pierna...— ¡Oh, lo siento! Me había olvidado d
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