Una antigua espada, blandida en guerra, marcada, manchada en sangre, fiel servidora y ejemplo de orgullo, admiración y pasión... ¿Quién eres?Ambos huíamos a todo dar por el túnel de neblina de las norias.Sentía mi alma despedazarse, el sólo hecho de pensar que abandonaba a un pueblo que me recibió con los brazos abiertos en el momento en que más ayuda y apoyo necesitaban, me consumía lentamente.Era el pueblo de Alejandro, su familia, sus amigos, conocidos, su madre y hasta hermanos adoptivos, todos dejados atrás por el simple hecho de protegerme, de protegernos, de proteger la sangre de mi familia, pero específicamente... Por mí.Giré a verlo y tenía una mirada determinante, fija hacia el frente, tragué en seco y volteé hacia atrás.— Un túnel demasiado grande y largo como para haber sido sacado de la nada... — Susurré.Suspiré en respuesta y seguí cabalgando a Storm ganándole unos pocos metros a Alejandro.Mis marcas tenían cierta luz tenue amarilla y fugazmente tuve la sensación
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