Me quedé boquiabierta.No pude decir una palabra. Me quedé mirando sus enormes —y ahora tristes— ojos marrones. De repente, lloro. Lloro y voy a su regazo, abrazándolo.Ninguno de los dos dice nada en absoluto. Nos quedamos quietos, escuchando el sonido de mis mocos.— Y encuentra un nuevo motivo para sonreír. — dice. — Una hermosa chica de Texas, que escribe cosas sucias sobre él.Suelto una carcajada y me alejo para mirarle.— ¿Me vas a incluir en tu obra?— Has oído la parte de la razón para sonreír, ¿verdad?Sonrío.— Lo hice. — Te paso la mano por la cara. — Te adoro, Connor. Y... gracias por abrirte a mí.— Confío en ti.— Tengo una pregunta para usted.— Adelante. — me muerde la barbilla, muy ligeramente.— No me di
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