Casi a las cuatro de la mañana, borrachas y felices de la vida, las chicas regresaron a la residencia estudiantil. Estaban tan mareadas, que terminaron durmiendo todas en la habitación de Hope y Emily, que era la más cercana a la puerta de entrada. Ni siquiera se cambiaron la ropa que traían puesta, o se desmaquillaron, por lo que no resultó extraño que, cuando sonó el despertador a las ocho de la mañana, apenas tenían fuerzas para levantarse.Vamos chicas, no podemos llegar tarde. dijo Isla mientras trataba de levantar a Ava de la cama.Solo un ratito más. pidió Hope, aun media dormida.Isla, que era la más entera, tiró de las otras tres, hasta que finalmente vinieron en sí. Luego ayudó a Ava a ponerse de pie, y fueron a su habitación para arreglarse.Tomaron una refrescante ducha, y sin siquiera peinarse, se vistieron con lo primero que en
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