Todos los capítulos de ¡Cariño! Quiero ser más que tú friend.: Capítulo 91 - Capítulo 100
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Nunca aceptaría ese divorcio.
—En San Francisco, Edgar, estaba de paso solo iba a ver cómo se encontraba Karla, ya que unos días antes, Fernando, su padre, había hablado con el antes de irse de viaje, le había pedido que pasará seguido a visitar a Karla, y viera que no le faltará nada, pero jamás esperó encontrarse con Lizeth, se alegraba de verla ahí, pues eso solo significaba que si le preocupaba su madre. —¿Qué? ¡Wow! ¡Lizeth! ¿De verdad estás aquí? Lo veo y no me lo creo, jaja pero me alegró de que vinieras a ver a tu madre, dicen que nunca es demasiado tarde para perdonar, ¿O tu no lo crees así? Espera, ¿Qué pasa por qué lloras?. — Edgar, se preguntó que había ocurrido con Lizeth, volteó en busca de una respuesta con Karla, pero ella enseguida volteó hacia otro lado, se sentía mal de haber roto la promesa
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Ese matrimonio va ser un fracaso.
Cuando Dante, dejó a Luis, y salió del hospital, se encontró con uno de sus hombres. —Señor Dante, nos an informado que la señora Lizeth, está en San Francisco, y un helicóptero salió de la casa que era de Alejandro, al parecer la madre de esa mujer vive allá, creemos que está con ella, hemos mandado a investigar todo lo que nos pueda servir, en cualquier momento mis hombres me darán un informe completo, lo que si sabemos es que a Lizeth, se le vio en el aeropuerto, con la hija del señor Dereck, compraron un vuelo comercial a Boston, pero nunca subieron, se fue en el jet privado del esposo de su madre, y el helicóptero dónde se cree que llevaban a la señora Paola, llegó anoche, como entre doce y una de la madrugada, pero no se supo nada más, porque le dispararon a nuestro informante.—¿Mi hija está con ella? Dereck, tenemos que ir y
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Nancy desapareció.
—Después de que Lizeth, dejara a Edgar, arranco su carro y se fué, pero en el camino sentía que le faltaba el aire y no podía respirar, así que se paró a la orilla de la carretera, se bajó y empezó a caminar, mientras iba pensando en todo lo que había pasado en todos estos años, en las cosas que siempre pensó que eran de una forma y resultaron siendo todo lo contrario, se preguntó si estaba cometiendo un error con Edgar, era verdad que el hacía que todos se burlaran de ella cuando eran jóvenes, pero si se ponía a pensar, no era algo que otros no se hicieran, ¿Cierto? Ya fuera porque les gustará la otra persona, o porque no les agradaba en fin, talvez debería de olvidarse de tonterías, porque lo de esa tarde no tuvo nada que ver con él, estaba apunto de sacar el móvil y enviarle un mensaje, pero le entró una llamada de Iv&aacu
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Lo que menos quería era hablar con el.
—Gonzalo, mirá esto, al parecer cuando la señora Nancy, salió del baño fue cuando aprovecharon para llevársela aunque no se ve que la forzaran, ¡No espera! Mirá aquí, es un hombre saliendo antes que ella y al parecer la señora Nancy, lo siguió. —Después de ver el video se dieron cuenta de que no se la llevaron a la fuerza, pero el hombre que entró debió de haberle dicho algo, para hacer que ella lo siguiera.—¿Quién estaba acargo de ella? Les dije que no le quitaran la vista de encima, que fue lo que no entendieron, ¡Son unos ineptos!. —Gonzalo, estaba enojado se preguntó como era posible estar rodeado de tanto idiota.La verdad es que no había sido culpa de ellos, fue Nancy, la que no quiso que la siguieran, aunque ellos sabían que así dijera lo que dijera ella, deberían de haberla acompañado, l
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Saldría todo a la luz.
—¿Querías ponerla sobre avisó? ¡Muy mal! ¿Sabías que eso te convierte en su cómplice? Y aún así lo hiciste. —Edgar, miró a Gonzalo, y agachó la cabeza, Gonzalo, le devolvió la mirada, lo entendía quería proteger a la mujer que amaba, pero Nancy, corría peligro y él tampoco iba permitir que Lizeth, se atreviera a lastimarla. —¿De verdad quieres ir a la cárcel con ella? Llevenselo, desde este momento queda detenido por complicidad con Lizeth.—Edgar, no pudo avisarle a Lizeth, pero Erick, uno de sus hombres sin que lo vieran fue a buscarla, para alertarla, así le daría tiempo de escapar y esconderse. —¿Por qué será que en una emergencia, las personas no responden? ¡Mierda! Pero no sé dónde está.—Gonzalo, no sabía que Alexa, se encontraba con Ka
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No pensaba quedarse con los brazos cruzados.
Después de que Lizeth, ignorara la llamada de Edgar....—Tú..... ¿Lizeth, qué haces aquí? ¿Nancy? ¿Por qué ella también está aquí, qué le sucede por qué está así?. —Paola, no podía creer que Lizeth, estuviera detrás de todo esto, se preguntaba ¿Quién era ella y qué ganaba con todo esto? Si era por Luis, pues se lo regalaba ella se había desilusionado de él y no lo quería más en su vida.—¡Vaya! Aquí tenemos a la princesa Zimmer, jaja claro que soy yo ¿Aquien más esperabas? No me digas que tu lista de enemigas es larga, no lo puedo creer no soy la única, que decepción, jaja está perra de aquí, vino hacerte compañía, que te parece. —Cuando Lizeth, conoció a Paola, en el cumpleaños de Patricia, jam&aac
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Aún no hay noticias.
En un hospital de New York Scott, ya se encontraba fuera de peligro, después de la cirugía y tras haber perdido mucha sangre, pudo salvarse, gracias aque Paola, hizo que esos hombres lo llevarán al hospital. Había estado durante estos días dormido y en cuanto despertó y se enteró de que Paola, estaba en peligro, quiso salir corriendo del hospital, para ir a rescatarla el mismo, pero aunque consiguió que lo dejarán ir, y que su secretaria hiciera una reservación en el primer vuelo y le preparará un poco de ropa, para su viaje. En cuanto quiso pararse se cayó, había recibido un balasos en la pierna, y la herida se volvió abrir, Georgina, su secretaria, lo volvió a internar en el hospital. En cuanto Sandra, pudo lo fue a ver, y le hizo entender que si se ponía mal cuando estuvieran rescatando a Paola, solo sería un estorbo. No le quedó de otra que aceptar que Sa
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Estaba apunto de volar el lugar.
En San Francisco...—¿Dónde está Iván?. —Lizeth, no había visto a Iván, en toda la mañana y nesecitaba que se hiciera cargó de algo personal. —¿Por qué no ha venido en todo el día? ¿Qué rayos está haciendo ese Imbécil?.—Se fue a darle unos medicamentos a la señora Karla, ya que el joven Edgar, está detenido. —Edgar, pidió que no le dijeran a Lizeth, que estaba detenido, por eso hasta ahora se estaba enterando.—¿Qué, y por qué no me lo habían dicho? ¿Desde cuándo esta detenido? Ve y dile a mi abogado que lo saqué de ahí. —Lizeth, se preocupó por Edgar, pero no prestó atención a lo de su madre.—Desde ayer señorita, también quiero informarle que fuimos a buscar a la niña al hospital, pero
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¿De dónde lo sacaste?
—Paola, no podía creer lo que veía Luis, estaba frente a ella, por un momento se sintió enojada de nuevo con el, y Luis, lo pudo notar, pero antes de decir algo, Marcus, salió corriendo y les dijo que salieran rápido de ahí, porque la bomba estaba apunto de volar ese lugar.¡Boomm!...—Después de que la bomba estallara, Luis, trataba de hablar con Paola, pero ella se había quedado sorda, por el ruido que hizo la bomba al estallar. —¿Pao, te encuentras bien? Paola, respóndeme, ¿Que te pasa? Espero que esa mujer no te haya echo nada, lo bueno es que Marcus, se encargó de ella no es así. —Luis, agradecía el haber encontrado a Paola, bien.—Nancy, ¿Dónde esta Nancy?. —Cuando Paola, volteó vio a Dereck, al lado de su esposa, tratando de despertarla, ella se veía muy mal y el estaba muy preocupado, Paol
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Ambos estrecharon las manos.
Cuando los familiares y amigos de Paola, y de todos los demás llegaron, no podían creer lo que estaba pasando. Mucho querían entrar y buscarlos ellos mismos, pero no sé los permitieron, ya que entrar era un riesgo, no sabían si aún podía haber otra explosión. Dante, que no se encontraba con Luis, y los demás en ese momento, no le había pasado nada y estaba bien, aunque preocupado por los demás, en cuanto Camila, lo vio corrió abrazarlo.—¡Dante! Que bueno que te encuentras bien, estaba tan preocupada por ti. — Camila, de repente se dió cuenta de lo que estaba haciendo y se sintió avergonzada. —Lo siento, creo que fui demaciado impulsiva, dime ¿Ya encontraron a Paola? ¿Y Luis, donde está? Supe que el también vino.—¿Qué? No tienes porque disculparte, te recuerdo que eres mi prometida y si no hubiera pas
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