Dan se posiciona en la entrada húmeda y palpitante de Alfa, ella cruza sus piernas en su espalda, se deja besar con ternura, mientras el hombre, su hombre, entra lentamente en ella.Es el pvto cielo, para los dos.Ninguno de los dos ha sido un santo, aunque Dan lleva un par de meses en sequía por culpa de esa condenada mujer que lo tiene rogando no quedar en ridículo. En cambio, Alfa, hasta hace unos días seguía disfrutando de Matías.Alfa sabe que esto se le volverá adicción, porque este hombre sabe lo que hace, y lo hace muy bien.Sus paredes tratan de resistirse, pero ese pedazo de carne se abre paso con delicadeza, eso no quiere decir que no le duela o que no lo esté gozando.Es como si Dan quisiera que su cuerpo lo recuerde milímetro a milímetro. Así va a ser imposible que quiera estar con otro, porque desde ahora ya no volverá a ser lo mis
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