La chica de la herencia roja (historia) (pidemela)Los fuegos artificiales florecían en la noche estrellada de verano. Me quedé observando con admiración, como si los viera por primera vez en mi vida. Observé cómo la gente estaba fascinada, sonriente, de buen humor. Me encantaba, aquel sentimiento, era contagioso, chispeante. Comía mi cono de patatas fritas, con los ojos pegados a aquellos colores que estallaban en el cielo.Lucy, mi amiga, estaba a mi lado, con una sonrisa plantada en sus labios pintados de un rojo vivo. Ella tenía su melena pelirroja recogida con una goma negra, llevaba una sudadera negra pegada a su cuerpo y unos jeans azulado, con unas Vans grises.Me miró, sin dejar de tener aquel entusiasmo.—Esto es asombroso, Aixa. Dios, amo demasiado los fuegos artificiales.—Creo que no sabía eso hasta que vi tu rostro. —le dije, soltando una risa al final de mis palabras.—¿Qué tienes pensado hacer este verano? ¿Te quedaras aquí?—Sí, creo que sí, al menos que me ofrezcan u
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