Catalina llega al amanecer a su habitación, al abrir la puerta encuentra a Issac sentado en la cama muy preocupado y se miran cansado señas de que no dormí en la noche, al cerrar la puerta Issac se levanta y se apresura averla ya que su vestimenta está manchada con sangre. -¿Catalina que te paso, estás bien? -Si estoy bien la sangre no es mía. -Lo torturastes. -Si, cariño no me gusta admitirlo pero no soy un angelito, aquí no toleramos las traiciones se cartigan con la muerte pero no sabía mucho. Issac se queda callado, Catalina se percata de su mirada quiere decir algo pero no sabe cómo explesar lo que piensa y mejor se dirige al baño para quitarse la sangre, es seguida por Issac que la mira quitarse la ropa y meterce a la ducha recore su cuerpo pero no con lujuria, se detiene en su vientre siente la necesidad de tocarlo y tenerlo cerca así que se despoja de su ropa y se mete en la ducha, abraza a Catalina por la espalda, coloca sus man
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