Escucho a mi madre y al doctor susurrar para que yo no escuche, el problema es que sí escucho y ellos son malos para susurrar. —Puedo oírlos, es estúpido creer que estan susurrando cuando es obvio que no es así. –informo sin siquiera mirarlos. Mi mirada esta perdida y fija en la pared, pero ellos no pudieron saber que estaba despierta puesto que estan detrás de mi. —¿Dafne, cómo te sientes? –cuestiona Diego.—Otra pregunta estúpida, bravo doctor. Me siento súper bien. –respondo claramente con sarcasmo. Diego se acerca a mi y toma mi mano, su mirada no es la mirada que creí que me daría, sin embargo, tampoco me gusta.—Puedes ser odiosa y caerme mal justo en este maldito momento, puedes, si quieres, hacerme mierda, puedes ser una maldita que cree que tiene derecho de hacer sentir mal a la gente con su jodido sarcasmo y mala actitud inclu
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