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Todos los capítulos de El Gran Engaño : Capítulo 61 - Capítulo 70
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¿Confías en mí?
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código:  2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©La noche al lado de Sira y Marina había sido perfecta. No sólo porque Can había pasado tiempo con su hija, sino porque estaba seguro que en el pueblo de Cienfuegos no le conocía nadie, por lo que podía ir de un lugar a otro sin ser perseguido por los paparazzi o personas que le pidieran su autógrafo. Se podría decir que Cienfuegos parecía un lugar fuera del mapa, alejado de todas las tendencias y que conservaba por eso su tranquilidad y cultura. Tal vez por eso a Sira le gustaba tanto, porque estaba lejos de todo lo que le había hecho daño en su momento y donde Marina, su hija, podría crecer sin ser identificada como “la hija de” ese famoso que le rompió el corazón. A Can, no le molestaba para nada vivir ahí.
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No soy cualquier papá
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código:  2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Las horas que Can y Julio pasaron arriba del techo, muertos de frío y colocando las luces, habían valido la pena ya que, Marina al verlas se emocionó tanto que le dijo “gracias papá” a Can, siendo está la primera vez en pronunciar esta palabra y emocionando tanto al actor que le desató sentimientos imposibles de controlar. Por fin, Marina le había aceptado, le había dado lo que tanto necesitaba y ya no había marcha atrás. Can Marín era padre de una preciosa niña que le correspondía en amor y, ahora, su único objetivo era cuidarla, criarla y amarla, junto con Sira, aunque ellos no fuesen una pareja, si no más bien un equipo. Este nuevo acontecimiento le había abierto a Can una nueva ventana de oportunidades
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La idea
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código:  2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © El paseo de Marina y Can Marín fue todo un éxito en Cienfuegos, no solo por la limusina que llamaba la atención. Sino porque el actor, se paró en un local de hamburguesas para  comer con su hija y disfrutar de los últimos rayos de sol del día.  Ahí, varias personas se acercaron para tomarse fotos con él y contarle cuales eran sus películas favoritas. Marina lo veía orgullosa, ella en ese momento estaba descubriendo que tenía un papá genial, que había sido desde un pirata aventurero, hasta un agente secreto, pasando por cientos de papeles más que no alcanzó a memorizar; definitivamente Can Marín tenía una fan más y ella era la más importante.  Así, cuando terminaron de usar la limusina, regresaron hacia su casa, sólo para encontrarse en la puerta a una Sira Zas bastante enojada esperando por ellos.  ―¡Oh!, ¡oh!, creo que e
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Acercamientos
Era un hecho de que Can Marín se estaba adaptando a su nueva vida familiar, sobre todo después de lo que había hecho por su hija, ahora Marina era muy feliz con él y había pasado de ser un completo extraño a ser su padre y a admirarlo por completo.  Después del despliegue de glamour muy “a la Can” que había hecho para anunciarles a todos de que era su hija, evidentemente las cosas cambiaron y afortunadamente fue para bien, porque eso no había afectado las vidas de Sira y Marina; probablemente a todos les importaba un carajo la situación.  Sin embargo, las miradas ahora se dirigiendo al actor y con ello regresaron los momentos a los que Can ya estaba desacostumbrado. Una vez más era el centro de atención, sobre todo de las mujeres y comenzó a recibir más que una halago al salir a la calle como por ejemplo insinuaciones y números de teléfono que él inmediatamente tiraba a la basura.  También esto tuvo efecto en otras lados como en el único c
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Preguntas
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código:  2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©El rato familiar terminó en el hospital de nuevo, pero esta vez con un Can Marín con la nariz desviada y bastante confundido con lo que había pasado. Al parecer, el patinaje no era lo suyo y por primera vez, en toda su vida, renunció al hecho de aprender cómo hacerlo, aunque eso, no fuera "Muy Can". ―¿Te duele mucho? ― preguntó Marina a su padre mientras su padre salía del consultorio con una gaza  sobre la nariz. ―No siento mi nariz ― murmuró él con cariño― tengo la nariz perfecta, ¿sabes?, salí dos veces calificado como el hombre más guapo del mundo y con la simetría de cara perfecta ― explicó. Marina levantó los hombros― yo creo que aún te ves guapo, aunque se ve muy inflamada. <
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Visitas inesperadas
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©El sábado empezó un poco agitado para Can pero, a la vez, con una alegría indescriptible a pesar del dolor de cabeza que tenía por el dolor en la nariz. Marina, se había quedado con él y ahora iban a pasar un largo fin como padre e hija para compartir juntos experiencias y seguir creando ese vínculo tan maravilloso que con mucha naturalidad se había formado entre los dos. Can tenía muchos planes para Marina. El primero, ir a la mueblería de Cienfuegos a que ella escogiera la cama y los muebles que estarían en su habitación. Segundo, ir a comprar la pintura, ya que iba a dejar que su hija pintara un mural en su cuarto para que después lo decorara como ella quisiera y finalmente, ambos irían a comprar el árbol de navidad porque por la noche, mien
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Vivos de nuevo
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Los labios de Can se juntaron a los de Sira y de inmediato la magia surgió. Ahí estaba de nuevo “eso” que ambos habían enterrado hasta el fondo de sus almas y que, de inmediato, recorrió sus pieles y vibró en sus bocas haciendo que el mundo desapareciera. Eran los fuegos artificiales una y otra vez, en sus mentes se repitió ese momento, cuando sus corazones latían a mil por hora y sus manos no dejaban de tocarse. Sira, dejándose llevar por el momento, echó su cuerpo hacia delante, provocando que Can la tomara de la espalda y controlara la fuerza de ese empuje. Ella tocó su rostro, lo acarició con los dedos, mientras sus bocas se movían al unísono, creando una sincronía llena de placer, de emociones que calaron tan dentro que le
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Sentimientos
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS ©Ninguno de los dos pudo dormir toda la noche pensando en lo que había pasado, acaso ¿una vez más las noches de insomnio habían llegado?, como paso tiempo atrás cuando se separaron y deseaban volver a verse con locura. Justamente esto era lo que Sira no quería que pasara con Can Marín. Ella, pensó que podría sobrellevar todo sin problema, que su odio era más grande que el amor que sentía por él, pero, al parecer, no había tenido el tiempo suficiente para poder hacerse a la idea de que ella ya no lo quería, tal vez si hubieran pasado diez años, eso hubiese sido posible. En otros tiempos, hubiese tomado sus cosas y hubiese desaparecido, pero ahora, tenía una pequeña que dependía de ella y que no pod&ia
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Consejos
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Can llegó enojado a su casa y esta vez tenía que admitir que Julio, su imprudencia, le había provocado un ataque de celos tan inmediato que prefirió huir antes de hacer una tontería y arruinar el momento que había tenido con Sira momentos atrás. Sin embargo, el hecho de que Sira le hubiese confesado que aún sentía cosas por él, le confundía aún más porque, eso quería decir que estaba con Julio por otra situación, ¿venganza quizás?, o, ¿ella sólo estaba jugando con él? Trató de tranquilizarse haciendo ejercicio, limpiando el resto de la casa, incluso leyendo un poco, pero no lo consiguió. Por más que le daba vueltas al asunto no encontró
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Confesiones
Registrada en SAFE CREATIVE Bajo el código: 2110259628684TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © ―¿Señora Fábregas?, ¿qué hace aquí? ― preguntó Can sorprendido. ―Llámame Lore, Can, o Lorena, como gustes, ¿crees que pueda pasar?, hace mucho frío. Can se quedó un momento en silencio mientras veía cómo Lorena, pasaba a su casa como su fuera dueña de la misma―¡Dios mío!, qué bonito la has decorado. ―Gracias― respondió Can amable. ―En verdad eres un buen decorador de interiores, te felicito. ―Gracias― volvió a repetir. Lorena se acercó a él y sacó de su bolsa una botella de vino, que al parecer venía medio vacía, y se la mostró ―¿quieres vino?, es delicioso, mejor que el vino franc&eacu
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