Esa noche Melisa se esmeró en su arreglo, se puso un vestido de seda color turquesa, ajustado a su figura y de corte corto, el cabello lo dejo suelto y se maquillo un poco más de lo acostumbrado.No podía negar que en el exterior estaba hermosa, tal vez no era una modelo, pero tenía buen porte y un cutis terso, destacándose esta noche sus labios que había pintado con un labial violeta intenso.— Estoy lista- se dijo frente al espejo- si es lo que quieres Daniels, así será, aceptare a Richard y me olvidare de tiRespiro profundo y salióEn la sala encontró a Daniels y Sofía sentados en un sillón abrazados y hablando muy sonrientes.Se notaba el inmenso cariño que había entre los hermanos, sin importar que no losunía un lazo de sangre, el lazo del corazón a veces terminan siendo más fuerte.— Cielos hermana,
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