Él apretó su ropa, y frunció sus cejas pensativo. "La última vez que vi a la pequeña Remeta, se había cortado con un vaso roto que su madre usaba para traerle agua. Se habría suicidado ese día si no hubiera tenido las dos sirvientas, y su madre para sujetarla". Ella jadeó de horror. No sabía que Remeta estaba tan mal. "Trataron de sedarla mientras ella seguía murmurando; 'sin vida, sin cama, sin vida, sin cama'. También decía, mamá, por favor, solo déjame morir...". "Oh cielos...". Ella se tapó la boca con la mano, sus ojos se llenaron de lágrimas de inmediato. "Nunca volví a visitarla. Me destrozó ver a esa chica de esa manera. Baski era nuestra niñera, mía y de Melia. Ella prácticamente nos crió, ya sabes". "No lo sabía...", susurró, con los ojos llorosos. "Fue así. Ella dio a luz a Remeta dos meses antes de que nos llevaran en cautiverio. Fue difícil para ella... para todos nosotros. Ella me ayudó a sobrevivir durante esos meses. El Rey Cone no quería que sobrevivi
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