***EN EL REINO DE SALEM***Vetta se giró y miró a Danika. “Debes estar muy orgullosa de ti misma, ¿no? Debes sentir que has ganado todo lo que querías”. Afirmó, con el veneno saliendo de sus palabras. “No entiendo lo que quieres decir”, respondió Danika con sinceridad. “Ni siquiera te gusta, ¿o sí? Todo esto…”, agitó la mano a su alrededor, “... es solo una pretensión. Fingir que lo amas, que te preocupas por el solitario y herido rey, y que te abres paso en su frío corazón para que te perdone... ¡para que perdone a tu padre! ¡Para hacerle olvidar quién eres realmente!”. La señora gruñó. Cada acusación era como un látigo en el corazón de Danika. Ella comenzó a negar con la cabeza, “No, de ninguna manera. Amo al rey, y no pretendo…”.“Eres tan monstruosa como tu padre”. Vetta le lanzó las palabras, con tal enfado que su rostro se puso rojo. “¡Vas por ahí engañando al mundo para que te vea como una buena persona cuando eres tan venenosa como el hombre que te engendró!”.“Sé qu
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