Danika escuchó al Rey Lucien tragar. "Necesito...". "Lo que sea que necesites... Tómame... Toma lo que necesites...", ella susurró, acariciando su hombro mientras sus manos temblaban. "No entiendo qué me haces...". Él dejó de hablar, confundido y enojado al mismo tiempo. Luego, se deslizó un poco hacia abajo, inclinó la cabeza y metió el pezón rosado en su boca. Al mismo momento, le separó las piernas ampliamente y empujó fuerte dentro de ella hasta el fondo. Danika gritó ante el movimiento inesperado y sus ojos se llenaron de lágrimas. Ella se sentía llena. Además le ardía. Le ardía tanto que ella empujó sus hombros, y empezó a gemir. Sus ojos húmedos le suplicaban. Él retrocedió, saliendo de ella completamente cuando vio cuánto la había lastimado. Le costó mucho separarse debido a la increíble sensación de su cuerpo apretado sujetándolo fuerte. Ella exhaló aliviada y agradecida cuando se retiró, pero al mismo tiempo, se sentía despojada de la separación de sus
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