Shayla asiente y lo besa profundamente, haciéndolo gemir antes de apartarse de él y se sienta nuevamente dejando a Cole confundido. Cole frunce el ceño, mirándola, mientras ella le sonríe y abre las piernas, dejándole ver todo. Cole gime, lamiéndose los labios, antes de ponerse de rodillas frente a ella, pero Shayla le presiona el pie en el pecho, deteniéndolo. “Ah ah, puedes mirar pero no tocar”. Cole la mira con los ojos muy abiertos y ella sonríe pícaramente. “Eso es malo”. Shayla se mueve, abriendo más las piernas, y Cole inclina la cabeza, mirándola y lamiéndose los labios con hambre. “No me provoques, nena. Ya sabes lo dominante que puedo ser cuando tengo hambre”. Shayla recorre con sus dedos el interior de su muslo mientras él observa con avidez cómo sus dedos se acercan a su montículo. “Cuento con ello, cariño”. Ella gime sin aliento mientras se toca a sí misma. “Mierda…” Cole dice, observándola, con una mirada oscura en sus ojos. Shayla levanta los ojos hacia los suyos y
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