Constanza tenía días sin ver a Isabella, así que en su día libre fue a verla, llevaba un regalo para el niño, lo había visto cuando nació, eso era lo que quería cuando se quedó con Felipe, tener un hijo suyo pero como si durante los tres meses no había tenido ese tipo de intimidad, solo habían sido unos cuantos besos, y por dios Felipe sabía perfectamente como besar, era como subir al cielo. Cerro los ojos aún se recriminaba por haber ido a ese congreso, si no hubiera ido en ese momento estarían juntos y felices en algún lugar de América, un lugar donde la maldad de Osbaldo no los alcanzará. Llegó a la casa de Osbaldo, y mirando la fachada era muy bonita, con un estilo victoriano, tocó el timbre y espero hasta que él personal de servicio le abrió la puerta, miro el lugar todo pintando con tonos pasteles se veía elegante, realmente tenían muy buen gusto-Cons que alegría verte- Isabella la recibió con los brazos abiertos, se había convertido en la única amiga, ya ni
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